Una niña afroamericana se sienta sobre los hombros de su padre.

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Conservar lo bueno de lo que aprendimos durante COVID-19

¡Mientras tratamos de olvidar lo malo!
¡Mientras tratamos de olvidar lo malo!  

Según nos aventuramos de regreso al mundo, lo menos que queremos hacer es pensar en todo el miedo, preocupación y el horror general de la pandemia del coronavirus. Y, sin embargo, si evaluamos nuestras vidas durante estos tiempos sin precedentes, ciertamente encontraremos que gran parte de lo sucedido los pasados 15 meses no fue tan malo. De hecho, algunos aspectos fueron realmente buenos. Lo que hemos aprendido durante nuestro tiempo forzado juntos y lejos de gran parte del mundo proporciona un buen marco para el resto de nuestras vidas.

En lugar de tratar de olvidar lo malo que hemos pasado, recordemos lo positivo que experimentamos y procuremos integrarlo a nuestras vidas.

La buena higiene se volvió parte de nuestras vidas
¿Recuerdas cuando los padres invertían mucho tiempo enseñándoles a los niños a ser higiénicos? Nada como una pandemia para realzar esos esfuerzos. ¿Cuántas veces había que amenazar a los niños para que se lavaran las manos pre-pandemia? Es muy probable que ellos comprenden por qué ahora. ¿Qué tal el cubrir sus rostros cuando estornudaban o tosían? Tal vez se les ha olvidado, pero no hay nada como ver a la gente correr aterrorizada al ver a un niño estornudando para avergonzarlos a cubrirse la cara. ¿No logras que tu hijo deje de hurgar en su nariz o chuparse el dedo? Un tapabocas hará esos malos hábitos desaparecer.

Cambio de imagen de salud mental
Para muchos la salud mental no es un elemento de la vida cotidiana. Pero durante la pandemia, ¿cómo podría no ser así? De acuerdo con el Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH) el aislamiento y la incertidumbre condujo a un preocupante aumento en la depresión, el abuso de sustancias y otros síntomas relacionados con el estrés – incluyendo pensamientos serios de suicidio. Padres e hijos se vieron forzados a encarar asuntos que habían dejado de lado. Muchos también aprendieron de primera mano que ayudar a los demás es una estrategia de afrontamiento que reduce el impacto en la salud mental propia y que atender las necesidades básicas de las personas simultáneamente ayuda a aliviar sus síntomas psiquiátricos. En el futuro, los padres deben estar tan atentos a la salud mental de sus hijos como se vieron obligados a estarlo durante la pandemia.

Curso intensivo en trabajar y aprender desde casa
Previo a COVID-19 muchos padres trabajadores veían el desempeñarse desde la casa como misión imposible. El ruido, las distracciones y las responsabilidades de la vida hogareña eran demasiado. Lo mismo aplica al aprendizaje en casa. Pero no más. Por supuesto, el tener que trabajar desde la casa y que los niños tuvieran que aprender remotamente estuvo lleno de retos, fracasos y frustraciones, pero la mayoría aprendió a balancearlo de manera admirable. Ahora los padres conocen sus opciones para el futuro. Un sondeo de Gallup del inicio del año demostró que las opiniones sobre trabajar desde la casa de los americanos están evolucionando, casi una cuarta parte dijo que quería seguir trabajando desde casa incluso después de la pandemia.

Apreciación de las cosas pequeñas y grandes
El ritmo de nuestras vidas puede hacer que no apreciemos todo lo que tenemos hasta que estamos forzados a desacelerar o perder algo. La pandemia abrió nuestros ojos al mundo a nuestro alrededor y nos hizo apreciar lo que perdimos durante. Muchos padres salieron en caminatas por el vecindario con sus hijos por primera vez y hasta salir al patio, visitar el parque o compartir en la calle cobraron gran importancia cuando eran las únicas opciones. El ver a seres queridos y amigos en persona era una parte de nuestras vidas que pasábamos por alto antes de COVID-19, ahora nuestros corazones anhelan el día que podamos ver y abrazar a esas personas.

La pandemia despojó tanto de nuestras vidas que no es un episodio que queramos repetir. Aun así, si pensamos en nuestras vidas previo a COVID-19, hay mucho que no hacíamos bien o no lo suficientemente bien. Empleando lo que hemos aprendido de este último año y varios meses para mejorar nuestras vidas es la mejor manera de seguir adelante.